Pura fantasía en pequeños mordiscos
Todo entra por los ojos. Este dicho cobra todo su valor y su real significado cuando se habla de cupcakes. Esos pequeños ponqués de coberturas de colores, de glaseados decorados con chips y detalles de pastillaje, de cremas encopetadas, parecen salidos del set de la película Charlie y la fábrica de chocolates. Pura fantasía en pequeños mordiscos. No hay duda de que la magia principal reside en la sensación visual que generan, porque estéticamente son muy atractivos; una especie de imán para la mirada, y tanto los niños como los adultos se están enloqueciendo por estos dulces bocados.
Las pastelerías en su gran mayoría, además de sus propuestas propias, se volcaron a sacar una línea de cupcakes, y las que han surgido últimamente se dedican exclusivamente a hornear estos postres.
Matrimonios, cumpleaños, primeras comuniones, casi todos los eventos y celebraciones están demandando los pastelitos de colores, porque crean una puesta en escena divertida, colorida, que logra hacer juego con todo el concepto decorativo de la fiesta. Los cupcakes se tomaron el lugar del ponqué. Estas porciones personales se encargaron de sacar el cuchillo de la tajada para ganar adeptos a los mordiscos.
Autor: Tatiana Gonzalez
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